El primer tren que funciona con gas licuado se probará en Asturias

La operadora ferroviaria probará por primera vez en el mundo un tren de viajeros impulsado por gas licuado, GNL, y lo hará en el principado de Asturias. Se trata de una prueba piloto que la operadora, Gas Natural y Enagás ensayarán en Asturias en el primer trimestre del próximo año 2017. Las pruebas serán en un tramo de unos 20 kilómetros situado entre las localidades de Trubia y Baíña. El objetivo es explorar las potenciales ventajas que el gas natural puede aportar al transporte ferroviario en las líneas no electrificadas que funcionan actualmente con tracción diesel. Serán pruebas dinámicas y de esfuerzo motor, se espera que tengan una duración de entre tres y cuatro meses, en función de los resultados que aporten.

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Gas Natural y Enagás hablan ya de las ventajas ambientales y económicas de esta energía ya que, aseguran, el gas contamina menos al disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, materia particulada y monóxido de carbono, mientras que también es menor la contaminación acústica y la producción de gases de efecto invernadero. En el terreno económico explican que se podrían reducir los costes por un mejor escenario de precios general respecto a los combustibles derivados del petróleo. Y mencionan la posibilidad de reducir la dependencia energética de esta fuente y ofrecerse como alternativa a la inversión en electrificación de tramos no electrificados. En este proyecto participan el Institut Cerdà, ARMF como integrador ferroviario y Bureau Veritas como certificador.

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Además, el proyecto estudiará la viabilidad para la posible adaptación de vehículos ferroviarios para su funcionamiento con motores y depósitos de gas natural licuado y conllevará también su análisis técnico, legal, económico y ambiental para la red ferroviaria española y europea. Y es que se están buscando conclusiones sobre los posibles requisitos técnicos, de espacio, peso, refrigeración y autonomía para el posible uso del gas en los trenes de pasajeros. El modelo en el que se desarrollará la prueba es un tren autopropulsado del parque diésel de FEVE, la red ferroviaria de vía estrecha más extensa de Europa. Un modelo 2600 que pesa 53.460 kilogramos y que alcanza una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora, al que se sustituirá el motor diésel por otro de consumirá gas natural.